sábado, 22 de noviembre de 2008

Sesión 28: "Sólo se trata de vivir"

La sesión 28 fue la última antes de irme a actuar a la ciudad de Rosario y también fue mi gran oportunidad para no avisarle sobre mi fecha de regreso, y de este modo, darle fin a la continuidad de esta terapia. Oportunidad que, de por cierto, dejé pasar, ante la imprevisibilidad en el desarrollo de los hechos.

- Mañana me voy a Rosario -le dije-.

- ¿A vivir? -me preguntó sorpresivamente-.

- No! ¿Cómo a vivir? ¿De qué me está hablando? Solamente me voy a actuar.

En ese momento comprendí que me había equivocado. Ella me había dejado todo servido para que yo simplemente respondiera que sí, que me iba a vivir y que no iba a regresar nunca más. Pero fue tanta la sorpresa y hasta la bronca por el desapego de su comentario, que mi defensa automática, mi acto reflejo, fue aclararle mi verdadero propósito del viaje y dejar pasar así, mi gran oportunidad.

- Bueno, pero también vas a vivir -me replicó-.

- No. Voy y vuelvo -le contesté descolocado, como quien no quiere perder, dejando pasar una segunda oportunidad-.

- Bueno - continuó ella-, pero vas a vivir allá, vas a estar vivo. ¿O tenés pensado ir sin vivir, ir fallecido? Eso es lo que te pasa, te olvidás que vivís y te olvidás de vivir. Lo das tan por sentado que no te das cuenta.

No supe qué decir, su juego de palabras me había hecho dudar de mi viaje, de mi nombre y hasta del planeta en el que habito. Luego me preguntó:

- ¿Te quedás allá por varios meses?

Yo no entendía qué estaba sucediendo, ella insistía con que yo me iba a ir por un largo periodo de tiempo. Sé que era otra nueva oportunidad, pero había algo que era más fuerte que yo: me estaba sintiendo rechazado y no le iba a dar el gusto.

- No! -le dije tajantemente-. Vuelvo pasado mañana, ¿Ok? Y es más, a mi regreso tengo pensado verla más seguido.

- No creo que sea posible, ya no tengo vida -me dijo en tono de lamento y en sintonía con lo que expresaban sus ojos vidriosos-.

- ¿Y por qué no se va a vivir a otra ciudad?

- Dejame ver mi agenda, tal vez te acompañe.

2 comentarios:

Tefilina dijo...

je, si...
tremendo...

Lorena Frost dijo...

Si, a veces tenés pensado decir algo por algo, y de repente alguien te cambia algo, y ya no sabés si lo que decís era lo que querías decir, si te estás contradiciendo y si te están volviendo loco. Ese es tu caso.