Me desespera el paso del tiempo. Su terquedad, su soberbia, su egoísmo, su avanzar constante llevándose puesto todo lo que encuentra en su camino. Se me estaba a punto de escurrir el mes de agosto entre segundos que llovían agitados, de manera irreversible.
Finalmente lo logré: atrapé a agosto en este casillero. Acá está, logré reternelo, congelarlo, neutralizarlo, encapsularlo, amordazarlo, de ahora en más, él es para mí, una pieza de museo... muda, quieta, inofensiva, estable.
Ok, él manda en la vida, pero acá, al menos, lo tengo de rehén.
3 comentarios:
Yo antes de llegar a eso, decidí no escribir más....
Sigue de rehen? Lo atamos junto a Septiembre? Puño a puño, combinando gotas de sudor e inquietud...Por atrevidos!!! Merecen la hoguera por pasar tan rapido.
Daleeeeeeee..... te das vuelta y se te va Septiembre.... no dejés que nada se te escape...
Publicar un comentario