lunes, 22 de noviembre de 2010

La presión de cumplir

Hace poco fue mi cumpleaños, y para mí, el mejor momento del día es cuando son las 23.59 minutos y falta un minuto para que termine.

En mi cumpleaños, me siento en deuda con la gente que me saluda, me da pudor recibir afecto, me meto en el compromiso de tener que acordarme de los cumpleaños de los demás y encima acordarme de quién me regaló, para llegado su turno, hacerle algún regalo (aunque esos seres están entrando en extinción).

Es por eso, que ese instante en el que cambia el minuto y se pasa al día siguiente, es una sensación de alivio. Se va toda la presión, aunque bueno, habrá que cumplir con los demás.

1 comentario:

KIKI dijo...

Mirá qué casualidad!
Quién te llamó para desearte feliz cumple juuuuusto a las 23.59hs??

Beso grande!
(gracias x estar hoy!)