Mi ansiedad no soporta esperar a que cambie la luz del semáforo para tener que cruzar la calle. Y como conductor, odio a los peatones que esperan abajo del cordón de la vereda, los pisaría de la bronca.
Como peatón, me suele pasar, mientras espero que la luz cambie para cruzar la calle, clavar fija la mirada en el verde del semáforo e intentar cambiarlo con mis poderes telepáticos, a la interna cuenta regresiva de un 5,4,3,2,1 cambió...(no!); 3,2,1 cambió... (no!) ...2,1 cambió (no!).
Bueno, me cansé de esperar, voy bajando del cordón.
1 comentario:
ja ja, muy bueno! yo tambien cruzo pesimo las calles.
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