jueves, 23 de octubre de 2008

Sesión 22: "Sentirse en deuda"

Me dio gusto volver a verla. Sin embargo, no podía evitar sentir que ella lo sabía todo. Aunque pensándolo en frío, ella no tendría porqué saberlo. Hay miles de psicólogos en la ciudad y no creo que se estén comunicando todos entre si cada vez que uno tiene una nueva presa o un paciente nuevo. Tal vez, haya quedado un poco perseguido por la consulta con el gestáltico, pero de todas formas, yo no se lo iba a decir; y ocultar, no es mentir.

- ¿Cómo estuviste estos días? -me preguntó de la misma manera monocorde como la mayoría de las veces-.

- Bien, mal, digo, maso, no sé. En realidad, bien... pero tampoco una cosa de locos, ni estoy curado, tampoco voy a dejar de venir acá, quédese tranquila.

No sé qué pasó por mi cabeza para responder una cosa semejante. A decir verdad, no sabía qué decir para no levantar sospechas sobre mi infidelidad hacia ella. Pero por otro lado, una consulta aislada tampoco me iba a curar, así que ella podría quedarse tranquila de que no la iba a dejar. Tampoco sé porqué pienso tantas conjeturas si ella no sabe nada y no tendría porqué saberlo.

- ¿Te pasa algo? -me preguntó como sospechando por mi respuesta ambivalente-.

- No, sólo que me siento en deuda. -no sé porqué dije esa idiotez, pero mi mente no estaba pudiendo dominar a mis palabras, ni a la situación-.

Ahora iba a tener que sostener y justificar lo que había dicho y entonces continué:

- Fui a una gomería porque tenía un clavo en el neumático. El gomero sacó el clavo pero el neumático no perdía aire, por lo que me dijo que no llegó a pincharse. Yo le pregunté sorprendido y hasta desilusionado: "¿Qué? ¿no tiene nada?". Y el me contestó que "No", que me vaya tranquilo. Y entonces me sentí en deuda con él, porque yo lo había hecho trabajar; ya que se agachó, sacó el clavo, fue sincero y me dejó ir. No sé, quería pedirle que me ponga el parche igual aunque no tuviera nada, pero él se negó ya que me dijo que no hacía falta.

- Y claro, ¿cómo te iba a poner el parche, o cobrar, si no tenía nada el neumático? El hombre fue amable y desinteresado, aceptá que hay gente así también, es muy bueno eso.

- Pero no es sólo eso. Si le pregunto una calle a un canillita me siento obligado a comprarle un diario; si entro a un bar para pedir el baño, siento que sí o sí voy a tener que tomar un café; si le pregunto a un kiosquero dónde queda la parada de tal colectivo, me siento en deuda y entonces le compro unos chicles o una barrita de cereal, pagando con monedas, claro, ya que no quiero sentirme en deuda, ni deber favores.

- Entiendo, debe ser complicado vivir así. No toda la gente pide algo a cambio, también hay personas buenas en el mundo. Bueno, por hoy suficiente, ya se cumplió el tiempo de la sesión. Lo dejamos acá.

- Disculpe licenciada, ¿Qué hora es?

- Son las 9.29 hs.

- Gracias.

- No me agradezcas. Son 10 pesos.

2 comentarios:

Hernán Heyman dijo...

Juaa, muy bien.

Lorena Frost dijo...

Ayyy Andyyyy ya estás para sacar un libro, de verdad. Confesiones de un analizado....